Si venimos del norte de Galicia, al entrar en la Costa da Morte nos encontramos con uno de los mejores ejemplos de arquitectura medieval: el Castillo de Vimianzo, que conserva foso, murallas y baluartes, torres y almenas, cisterna y pozo. Vinculado a la casa de los Moscoso y Altamira hoy es un interesante Centro de Artesanía donde orfebres, cesteros, “palilleiras” y canteros nos enseñas sus pequeñas piezas de arte.
Pequeños pueblos marineros, al abrigo de los vientos, se van sucediendo en nuestro recorrido, entre ellos Camariñas, que no sólo destaca por las refinadas labores de encaje de bolillos, sino también por el Faro de Cabo Vilán, lugar agreste, mágico y sobrecogedor, donde el fiero e indomable Océano Atlántico bate su furia y nos regala espectaculares paisajes.
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