En pocos lugares del mundo se concentran tantos pecios como en la Costa da Morte, de ahí su nombre, ya que barcos de todas las épocas y nacionalidades han naufragado en estas aguas. Paso obligado desde el Norte de Europa hacia el Mediterráneo y hacia África hace de esta costa un lugar peligroso cuando los violentos temporales del Atlántico Norte tocan Galicia, miles de barcos con los más variopintos cargamentos dan lugar a historias, leyendas y anécdotas que aún permanecen vivas en el imaginario popular.
De camino al Cabo Finisterre también nos encontramos con peregrinos que se dirigen al Fin de la Tierra, considerado desde época romana el punto más occidental de Europa continental.
Y sin lugar a dudas en Muxía tenemos que visitar otro de los santuarios mágicos de Galicia, la Iglesia de Ntra. Sra. da Barca, patrona y custodia de marineros y pescadores, en su interior veremos exvotos y ofrendas de la gente del mar pidiendo su protección. A los pies del santuario las piedras de Abalar y la de Os Cadrís, con ellas podremos o bien curar los dolores asociados al riñón o sabremos si nos hemos ganado el derecho a entrar en el paraíso.
El puerto de Finisterre cuenta con una interesante y moderna lonja, con una frenética actividad en la venta de pescados y mariscos que aquí se subastan. Otro de los grandes atractivos es la iglesia de Sta. María das Areas con su antiguo cruceiro.
Y así llegamos al Fin de la Tierra, donde saludaremos al sol antes de que se esconda sobre el horizonte.